El 18 de Junio eran unos desconocidos con el uniforme de la Selección Mexicana; hoy 10 de Julio de 2011 son los nuevos 'Niños Héroes". Son héroes porque mostraron carácter, coraje, pero sobre todo, hambre de triunfo. Son un grupo de amigos, de compañeros que comparten algo más que tiempo y espacio juntos, los 22 se funden en los colores verde, blanco y rojo para salir a la cancha y dar todo. La prueba es esta, siete partidos jugados, siete ganados. Hoy no hay más que palabras de agradecimiento y felicitación a estos hermanos que dejaron todo, de principio a fin.
Hoy, todos nos sentimos identificados con la selección Sub-17. Los ánimos subieron al cien por ciento con Julio Gómez. Sabíamos que esa reacción no era de un jugador cobarde, al contrario, de un luchador que encontró su recompensa. Ese sentimiento de entrega y valentía motivó a los aficionados a hacer su chamba de la mejor manera: llenar el Coloso de Santa Úrsula, el Estadio Azteca. A más de uno se nos 'enchinó' la piel al ver la toma en la televisión que mostraba todas y cada una de las tribunas pintadas de verde con cien mil almas llamando a los "Mexicanos al grito de guerra".
Empezó el encuentro y la incertidumbre invadía a cada aficionado que estaba atento al partido. Uruguay estuvo muy cerca, pero después de 31 minutos de sufrimiento el gol del capitán Briseño puso a todo el pueblo mexicano a soñar con una nueva gloria. El 'Pollo' se repuso del error que sufrió el partido pasado ante Alemania, hoy se levantó en el aire, martilleó la pelota e inició la gran fiesta en toda la República Mexicana. Ni Pollo ni nadie lo podíamos creer, pero la euforia nos hizo confiar en el líder, en el representante que no nos defraudó y por eso la gloria poco a poco se pintaba con los colores nacionales.
Y sí, se sufrió, pero el destino así lo escribió. El partido agonizaba y los uruguayos estaban volcados al frente, pero al minuto 92 Giovani Casillas aprovechó un contragolpe para, ahora sí, celebrar llenos de alegría y gozo.
El 'Cielito Lindo' retumbaba en cada rincón, no solo del Azteca, sino de todo México. Los héroes y actores principales son ellos, nosotros hay que festejar respetando el debido esfuerzo de estos jugadores.
Un equipo lleno de triunfos; Invictos de principio a fin, primer anfitrión campeón y el triunfo de solidaridad y compañerismo entre todos los integrantes, lastimados y no lastimados. Hoy festejemos, pero mañana pidamos no perder el talento de los 'Niños Héroes'.
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